Y de las ruinas rescaté este sueño:
remonto en la penumbra de los años
el curso de los ríos más extraños;
penetro en una soledad sin dueño:
es el viejo jardín, antes risueño,
que conoció mi infancia: los escaños,
otrora filosóficos peldaños
para el dulce ejercicio del ensueño;
están yertos, sin voces, sin sentido;
no hay padre que me estreche en un abrazo
ni garganta que entregue su sonido
ni la forma de un dios en cada ocaso.
Ya esculpe sus estatuas el olvido.
Existir es un mágico fracaso.
por Carlos E. Grosso Brenner,
Derechos reservados por obra publicada,
Buenos Aires, 2013.
remonto en la penumbra de los años
el curso de los ríos más extraños;
penetro en una soledad sin dueño:
es el viejo jardín, antes risueño,
que conoció mi infancia: los escaños,
otrora filosóficos peldaños
para el dulce ejercicio del ensueño;
están yertos, sin voces, sin sentido;
no hay padre que me estreche en un abrazo
ni garganta que entregue su sonido
ni la forma de un dios en cada ocaso.
Ya esculpe sus estatuas el olvido.
Existir es un mágico fracaso.
por Carlos E. Grosso Brenner,
Derechos reservados por obra publicada,
Buenos Aires, 2013.
Es un precioso soneto,Sylvia.
ResponderEliminarUn placer saludarte y dejarte un abrazo de buenasnoches, hasta mi segunda querida patria.
Soco
Gracias Soco (en nombre de mi marido). Mi musa me abandonó, de modo que me pareció una excelente oportunidad para ofrecerles versos escritos por Carlos. He conservado todos!
EliminarPara mi también es un placer saludarte desde tu segunda patria.
Pensar que yo amo a la hermosa España!
Abrazos.
Delicioso soneto para inaugurar esta mañana de sábado soleado y azul.
ResponderEliminarBesos
Me alegro haber inaugurado bien tu mañana de primavera, Francisco. El soneto es de mi marido, Carlos.
EliminarUn saludo afectuoso desde la otoñal Buenos Aires.
"Y de las ruinas rescaté este sueño...."
ResponderEliminarUn soneto que empieza con un magistral verso, ese primer cuarteto que nos introduce en el mundo de esa niñez perdida y que termina con ese terceto tan emotivo como inquietante es el olvido.
Maravilloso Sylvia, me ha encantado. Tal vez lo que te pida sea atrevido por mi parte, pero me gustaria grabarlo y publicarlo en mi blog de audiolecturas, ¿me darias tu autorización?
Un beso
Aquí estoy de nuevo, Nerim querida. Gracias por tus hermosas palabras. ¡Vaya si a Carlos le gustaría que lo grabaras y publicaras junto a tus maravillosas audiolecturas! Gracias y se lo diré, quizás comprenda por un instante fugaz lo que le trataré de transmitir. ¡Le hablo mucho!
ResponderEliminarUn beso para ti.
Gracias, Sylvia por tu comentario en mi blog.
ResponderEliminarMuy bello este soneto que has compartido de sueños.
Me quedo viendo más entradas.
Un beso.
Un último verso tan real como irremediable. Es el fracaso de la desventura de unos seres, nosotros, que todo lo olvidamos, que sólo utilizamos y destruimos... Pareciese que el paso del tiempo favorece en los seres racionales una irracionalidad que convierte en yermo lo fértil, en olvido la esperanza y en malsana la belleza. Es una desgracia que no seamos capaces de aumentar todos y cada uno de los frutos maduros de una Naturaleza que cada día debe ser más hermosa. Un soneto para guardar y releer cuando nuestros recuerdos traten de escaparse.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida amiga Sylvia.
Son unos versos muy bonitos, bien rimados y combinados. Tal vez, todos tengamos nuestros jardines que en el pasado nos llenaban de inspiración, y ahora son nidos de tristeza.
ResponderEliminarBesitos.
Felicidades!! Has ganado un premio!! pasalo a recoger por mi blog!!
ResponderEliminarhttp://elreceptari.blogspot.com.es/2013/07/premi-versatile-blogger.html